
Mi papá, me encontró leyendo el Decamerón cuando yo tenía doce años, se lo habia robado de su biblioteca, de una colección de joyas universales de la literatura, aparte de adorar la lectura, debo confesar que me movía el morbo por enterarme de cosas que en mi casa no se hablaban y de las cuales como adolecente al fin yo estaba muy interesada, no les tengo que decir la cara de horror que puso mi papa al enterarse, sacándome conversación como siempre lo hacía, como buen abogado, se sentaba a hablar conmigo en confianza hasta que le contaba todo, según para él y su manera conservadora de ver la vida, el Decamerón, La ciudad y los perros, Cien años de soledad, no eran literatura para una niña inocente, que recién abría los ojos a la vida y estaba ampliando su vocabulario.
Como buen lector, leía muchísimos libros entre los que destacaba, los de su carrera, los necesarios, los que le gustaban y los políticamente correctos de moda y no tachaba a ningún escritor de malo hasta no haber leído varias de sus obras y decía que era para su gusto, que entendía perfectamente que a otros les gustara.
Decía que el lenguaje de García Márquez no era el idóneo para una niña, ya que era procaz y falta de tacto, bueno mi papa era así ya les dije, un poco conservador…
Me regalo un libro, dijo él para que lo leyera con el corazón y después lo discutiríamos, como desde ese momento paso a ser costumbre con todo lo que leíamos, Papa me regalo, ILUSIONES, de Richard Bach.
Las primeras páginas del libro estaban escritas a mano, en hojas de cuaderno y eso me cautivó, la introducción al libro, se las puedo recitar de memoria…
Vino al mundo un Maestro… no podía apartarme de tal prodigio y ganas me daba de hablar con mi papá del libro, pero se reía quedito y me decía, termínalo y hablamos.
"En cada uno de nosotros reside el poder de prestar consentimiento a la salud y a la enfermedad, a las riquezas y a la pobreza, a la libertad y a la esclavitud. Somos nosotros quienes las dominamos y no otro".
Un obrero habló y dijo: "Es fácil para ti, Maestro, porque a ti te guían y a nosotros no, y no necesitas trabajar como trabajamos nosotros. En este mundo el hombre debe trabajar para ganarse la vida".
El Maestro respondió y dijo: "Una vez vivía un pueblo en el lecho de un gran río cristalino.
"La corriente del río se deslizaba silenciosamente sobre todos sus habitantes: jóvenes y ancianos, ricos y pobres, buenos y malos, y la corriente seguía su camino, ajena a todo lo que no fuera su propia esencia de cristal.
"Cada criatura se aferraba como podía a las ramitas y rocas del lecho del río, porque su modo de vida consistía en aferrarse y porque desde la cuna todos habían aprendido a resistir la corriente.
"Pero al fin una criatura dijo:
'Estoy harta de asirme. Aunque no lo veo con mis ojos, confío en que la corriente sepa hacia dónde va.
Me soltaré y dejaré que me lleve adonde quiera. Si continúo inmovilizada, me moriré de hastío'
"Las otras criaturas rieron y exclamaron: '¡Necia! ¡Suéltate, y la corriente que veneras te arrojará, revolcada y hecha pedazos, contra las rocas, y morirás más rápidamente que de hastío!'
"Pero la que había hablado en primer término no les hizo caso, y después de inhalar profundamente se soltó; inmediatamente la corriente la revolcó y la lanzó contra las rocas.
"Más la criatura se empecinó en no volver a aferrarse, y entonces la corriente la alzó del fondo y ella no volvió a magullarse ni a lastimarse "Y las criaturas que se hallaban aguas abajo, que no la conocían, clamaron: '¡Ved un milagro! ¡Una criatura como nosotras, y sin embargo vuela! ¡Ved al Mesías, que ha venido a salvarnos a todas!'
"Y la que había sido arrastrada por la corriente respondió: 'No soy más mesías que vosotras. El río se complace en alzarnos, con la condición de que nos atrevamos a soltarnos. Nuestra verdadera tarea es este viaje, esta aventura'
"Pero seguían gritando aún más alto:
'¡Salvador!', sin dejar de aferrarse a las rocas. Y cuando volvieron a levantar la vista, había desaparecido y se quedaron solas, tejiendo leyendas acerca de un Salvador"
Vive
de tal manera
que nunca te averguences
si se divulga por todo el mundo
lo que haces o dices....
aunque
lo que se divulgue
no sea cierto.
Tus amigos
te conocerán mejor
en el primer minuto del encuentro
que tus relaciones ocasionales
en mil años.
El vínculo que une
a tu auténtica familia
no es de sangre,
sino de respeto y goce mutuo.
Es raro que los miembros
de una familia
se críen bajo
el mismo techo
Tu ignorancia
es directamente proporcional
a la medida en que crees en la injusticia
y la tragedia
Lo que la oruga interpreta
como el fin del mundo
es lo que su dueño denomina
mariposa.
A dónde vas?
Qué haces?
Plantéatelos de tiempo en tiempo,
y observa cómo cambian tus respuestas.
Enseña mejor lo que más necesitas aprender.
He dejado que el libro hablase por sí mismo, he de decir que muchas de las acciones que mueven hoy mi vida las aprendí de él.
Hablando con mi papa supe que a él nunca le gusto o estuvo entre sus favoritos, pero creyó firmemente, cuando me lo regalo que sabía que me iba a gustar y que en mi nuevecita mente iban a germinar dogmas de buen vivir que no tendrían que ver con el temor a Dios ni otra cosa que se me hubiera enseñado hasta el momento.
Creer en mí y en mis capacidades, eso buscaba mi buen papá.
Lo he leído mil veces, así como tambien, Juan Salvador Gaviota, del mismo autor, y todos los libros de Richard Bach que han caído en mis manos, habiendo sido buscados o por casualidad, en todos he aprendido algo, que el mundo no es unidimensional, que tenemos alternativas, que la voluntad de creer en lo que uno hace puede hacer que eso sea posible y tan así… que los que no tienen la misma capacidad de creer en su propio ser, ven en el que sí la tiene, a un visionario, a un Mesías..
Dottore a te, Grazie…!!!
AƒяođiTส ...!!!