

Hablar de las mujeres asesinadas en Juárez es hablar de violencia e impunidad, de la realidad que viven miles de mujeres , de niñas, de familias en Ciudad Juárez- Una realidad que no es “todo” Juárez, porque ningún lugar es sólo una cosa, pero que permea a Cd.Juárez como ciudad, como sociedad. Hablar de mujeres violadas y torturadas no es hablar de todas las mujeres asesinadas en ese lugar, es referirse a lo peor, a lo que es quizá el núcleo del problema, el signo de la violencia más impune que ha favorecido la impunidad de toda la violencia o, por lo menos, de la violencia hacia las mujeres y las niñas.

En vez de esforzarse por esclarecer los crímenes desde el principio, las autoridades locales y estatales optaron por desconocer u obscurecer sus causas. Lo más fácil era acusar a las víctimas para así restarle importancia al asunto.

La falta de respeto a las leyes implica algo más que prepotencia o arrogancia, no es sólo dejar de lado preceptos “ obsoletos” o “demasiado avanzados”, sino despreciar los derechos de los otros, las reglas que harían posible una convivencia no sólo más pacífica sino también más justa. Porque lo cierto es que si al rico o al poderoso le pueden importar poco las leyes porque


Quienes pretenden o creen minimizar la violencia contra las mujeres en Cd. Juárez aludiendo a las “malas costumbres” o “malas compañías” de las mujeres, o, en fechas más recientes, argumentando que sólo se trata de violencia intrafamiliar, reproducen y , lo que es más grave , actualizan, una visión tradicional de la mujer, como subordinada que , si no merece, cuando menos puede, o hasta debe, soportar todo tipo de agresiones, y que, además debe cuidarse de “provocar” la violencia del otro.
Hablar de machismo en México parece un cliché, hablar de misoginia puede parecer una exageración en el siglo XXI,

Sin embargo, el caso de Juárez no se puede explicar más que a partir de un profundo
desprecio por las mujeres y sus derechos, y eso no es sino misoginia. Misoginia cuya agudización a veces se explica por los desequilibrios que han provocado la incorporación de la mujer al trabajo, a la maquila, en la frontera norte, y los cambios en las relaciones de género que esto supone.
El discurso oficial en torno al feminicidio en Cd. Juárez no corresponde a la gravedad del problema, corresponde a un intento de confundir y de ocultar. No sabemos a ciencia cierta lo que se oculta, sí lo que se nos ha querido hacer creer.

Lo grave es que este discurso oficial ha permeado otros ámbitos discursivos como la prensa, de tal modo que para un lector u oyente poco crítico, puede parecer normal hablar de “ las muertas de Juárez” o puede parecer comprensible que los empresarios y autoridades juarenses se preocupen por la “imagen” de Juárez.
Ante el feminicidio, y ante la violencia en general, es preciso reclamar el imperio de la ley aun cuando, como en nuestro caso, las instituciones estén en crisis. Por esta razón estamos exigiendo con el Plan Alternativo, el esclarecimiento de los casos, porque sin verdad no hay justicia y sin justicia se abre un ancho camino a la violencia.
Nos hace falta agudizar nuestro sentido ético y nuestro sentido de responsabilidad ante los problemas que otros, tal vez más que nosotros, están viviendo, y que nos afectan a todos.
Tomado y condensado de:
Ciudad Juárez: paradigma de la impunidad.
http://www.derechoshumanos.org.mx/modules.php?name=Content&pa=showpage&pid=64
Fotos tomadas de la red.
La idea de este articulo, es escandalizar, tomar conciencia y que nos duela, porque sea quien sea un muerto por homicidio y sean donde sean... nunca deben quedar impunes...
Afrodita.
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