Conchas Marinas..!!!

Desde hace muchos años para acá en mi familia existe la tradición de en fechas puntuales hacer viajes con nuestro primer núcleo familiar, o sea, mi mama y mis hermanas, olvidándonos de trabajo, maridos, hijos, una semana o varios días en los que nos dedicamos a ser hermanas e hijas, consintiéndonos, hablando de nuestras cosas, ser mimadas por mama, rememorando tiempos pasados, llorando por lo que fue o no pudo ser, sintiéndonos niñas, esa unidad de media docena que a través de los años nos ha mantenido dedicadas las unas a las otras esa hermandad de lazos de amistad y sangre que hasta la fecha todos ven como algo sagrado, como un todo que nadie osa a romper, nosotras siete pasamos penurias, pasamos trabajo, nos alejaron de a una por cortos lapsos de tiempo que nos acercaron mas al darnos cuenta de la falta que nos hacíamos las unas a las otras, en fin, somos algo especial y estamos concientes de eso y lo avivamos, lo saboreamos porque indefectiblemente sabemos que algún día que espero sea muy lejano, ese núcleo por algún lado se quebrara y a pesar de tener muchas razones para vivir, ese origen es la raíz de todo y el día en que suceda ya la vida no será la misma y ese lado de felicidad constante hasta ahora, faltara para siempre, no pudiendo ser sustituido por nada ni por nadie…

Son solo unos poquitos...

Les cuento esto, porque este año el viaje fue a Margarita, y en contra de mi costumbre y por no sentirme bien yo no fui. Me rogaron, me suplicaron, me amenazaron y no fui, no estaba de animo y no quería con mi depresión echarles a perder el viaje, no soy buena compañía en estos momentos, me he dado cuenta que para romper tradiciones familiares estoy que ni mandada a hacer, me duele admitirlo pero no me queda de otra… decir que me perdí el viaje es casi mentir…, porque no pasaba media hora antes que alguna de ellas, me llamara para decirme lo que estaban haciendo y en las noche abría mi teléfono y hacíamos conferencias en las que me incluían para así contarles de manera correcta mis travesuras a lo Pipicalzaslargas o los cuentos que mi tía comenzaba y por la edad no se acordaba y yo los completaba agregándoles mas aventuras de las ya habidas porque las princesas no juegan con lagartijas y no respiran bajo el agua…

Cuando llegaron las invite a una cena de gala en mi casa, donde comeríamos perros calientes con trajes de gala, me gusta a veces salirme un poco de lo que se estipula y así hago reír a mis hermanas, todas fueron llegando, esta vez si con maridos e hijos, con trajes largos y maquillaje, sus mejores joyas, mi casa era un extraño bouquet, de perfumes caros junto con el aroma de los perros calientes, fue todo una risa desde el principio, vino caro, corbatas y chaquetas, mis sobrinos se negaron a usar zapatos y tenían chaquetas con tenis a lo Alejandro Sanz, mis hermanas me trajeron presentes del viaje al que no fui, la mayor me trajo un traje de baño de ensueño algo precioso, la que me sigue, me trajo una blusa que le pedí expresamente, la gorda, me trajo unas tangas que ufffff, siempre me regala tangas, ella dice que regala lo que a ella le gusta y no puede usar jajaj esta loquita, y la menor me trajo queso, que en la isla hay puerto libre y se consigue de todo y a muy bajo costo, mi mama me trajo lo que sabe me gusta, fundas blancas y bordadas para mis almohadas y mi otra hermana, me trajo tres conchas marinas…

Me dijo, manita, busque por toda la playa, camine metros y metros hasta que las encontré, estaban encima de un promontorio y para poder agarrártelas me raspe las rodillas, pero aquí están, se que es lo que te gusta y sé, que si hubieras venido con nosotras esos kilómetros de playa los hubieras caminado tú buscando las conchas..

Mi hija, joven en asuntos de alma y un poco egoísta criada con todo lo que yo no pude tener, me pregunto al otro día, ¿por qué mi tía, me regalo un collar de orfebrería carísimo y a ti solo te trajo unas conchas marinas?, le dije, para ti lo que te gusta, para mi un regalo de hermana, con trabajo y dedicación, sabiendo lo que me gusta, viendo en cada piedrita y caracol que había en la playa una aprobación o una sonrisa un ayyy manita que lindo o un collar terminado tras días de trabajar en cada concha que me trajo, las vio pulidas, terminadas y engarzadas a mi cuello, hubo amor en ese regalo, amor de hermana no tiene precio… para todo lo demás, existe master card…!!!

Afrodita.

Las imagenes son pilladas de la red :)