Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve.
Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío.
Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae.
Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.
Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse.
Tristes gotas, redondas inocentes gotas.
Adiós gotas.
Adiós.
Julio Cortazar...!!!
Y me gusta Cortazar
y la lluvia me pone nostalgica,
Y bueno... hay gotas que no se deciden..
no caen... no gotean pues...!!!
AƒяođiTส....!!!
La imagen, no es muy buena, pero es mia.. ;)
La imagen, no es muy buena, pero es mia.. ;)
3 comentarios:
Precioso, pura poesía, me encanta esta reflexión, quizás es cambio y resistencia al mismo, abrazo
Me gusta mucho la lluvia. me relaja y me emociona.
Besote guapa
¡Pues a mi me encanta tu gota de agua!
Y Cortazar, claro. Aunque yo no suelo asociar la lluvia a la tristeza: aquí, en pleno invierno, es una bendición, un descanso entre las heladas.
Un fuerte abrazo, Afrodita
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