No me dio tiempo de esconder el baúl de tus recuerdos.
Hoy lo vi en medio del pasillo, lo abrí con cuidado, con miedo que no se esparcieran, no se por donde le entro agua, pero estaba a rebosar, lo voltee para que se secara tu imagen y tu sonrisa, era de noche en la estancia y la luna ilumino cada uno de los charquitos que se hicieron con mis memorias, cada una parecía un mar en un pequeño universo guardado con cuidado ahora lleno de charco salpicado de lagrimas, vejado, manchado, sucio…
Salte de uno en uno, buscando que alguno continuara cristalino, uno en donde la noche y el agua tibia reflejara la luna, donde poder lavarme la cara y sentir un manantial de sonrisas surcando por donde otrora corría otra agua salada… no, por mas que buscaba y buscaba y mientras mas buscaba se hacia mas turbio, mas negro el fondo de los recuerdos.
Revise el baúl, por alguna parte se coló el agua, por algún sitio se metió el charco y la negritud, no vale conservar recuerdos sucios y feos, busque la escoba para barrerlos y alejarlos de mi vida, y al agacharme mi falda se mancho de tu sonrisa una que se había colado en el agua y me acosté en el charco para ensuciarme de tus encantos, ahogarme en ese centímetro de amor regado por todas partes.
Quiero ser esponja y empaparme, que todos los charquitos de recuerdos entren en mis poros y se purifiquen de nuevo en mi cuerpo, quiero ser flor y que me rieguen, quiero ser pez y nadar en ellos…
No me sirven de nada los charquitos enlodados, la luna no se ve linda en ellos, se multiplica mil veces y parece que llora en el movimiento de sus pequeñas ondas..
Volví a recoger las fotos, las cartas, las sonrisas largas y los suspiros hinchados no querían entrar de nuevo en el baúl, los tequieros los deje afuera, estaban llenitos de charco, no me decido que hacer con el baúl de los recuerdos…
Húmedo como está, pesa y duele…
Afrodita.