Tormenta...!!!!

Hoy hablando con Alfonso le dije que estaba cansada por un fin de semana de trabajo agotador y una tormenta que se presento de golpe y porrazo inundando las calles de mi pequeña ciudad de agua salobre como lagrimas desparramada empapándonos hasta los tuétanos…

También hubo mar de leva, con los miedos que siempre trae que un fenómeno de la naturaleza haga de las suyas con vidas humanas y los bienes que tanto nos cuesta conseguir...

Afortunadamente el único que sufrió daños fue un surfista que no hizo caso y quedo metido contra las piedras del rompeolas, nada serio pero se veía bien feo, ¿qué como lo supe? Al contrario de mucha gente las tormentas me encantan, siento una fascinación un tanto morbosa por ver las negras nubes y los rayos al caer...

Tengo vista preferencial desde el balcón de mi casa, pero como ya andaba en la calle, me acerque a la playa a mirar más de cerca, como las olas rompían en la orilla de la playa con una fuerza terrible y atrayente, casi hipnótica.

Me di cuenta que no solo era yo la busca tormentas había más gente, con cámaras y filmadoras todos embobados viendo como el mar rugía de furia y nos llamaba con su canto terriblemente exquisito de sirena.

Traía mi cámara de no soltar nunca, la pequeña que cabe en mi cartera y perdí ángulos muy buenos de fotografía por no cargar la otra que solo traigo cuando salgo expresamente a tomar fotos, eso puso mi ánimo un poco tosco, pero no lo suficiente para llegarme hasta la casa y cambiar de cámara a pesar de estar solo a cinco cuadras de la playa,

 no perdí las fotos, perdí mejores fotos pero la alegría y la excitación de ver el espectáculo de primera mano, quedan impresas en el mejor álbum que pueda existir, mi disfrute y mi memoria.

Me descargue con Alfonso, ¿Por qué será que siempre las emociones buenas o malas las dejamos exclusivamente para las personas que amamos? ¿Como si el hecho de amarnos nos da derecho a imponerles la grandísima responsabilidad de ser el albacea de nuestras emociones, nuestras descargas de humor, alegrías más profundas, llantos más hondos y lo digo con vergüenza, ataques de cólera…?

Como cosa rara le pedí disculpas, el clima y yo andamos casi siempre iguales y el cansancio del fin de semana se unió al gris de mis nubes para conjugarse en un humor de perros de esos de antología… pero una hermosa y calmada sonrisa, un no seguirle el juego a mi mal humor, un dulce beso, tuvieron el poder de poner mi mar en calma para transformarlo en otra tormenta que se desliza entre dos y las olas que se alzan desde la orilla son de otra índole…

Sigo cansada y calmada, para hoy pronosticaron tormenta nuevamente, hasta ahora solo nubes negras en el horizonte, la playa parece un mantel de seda en tonos gris-azulados, mi pensamiento, lejos…

Las fotos... Mias.