En la duermevela, a tientas y por instinto uno ubica el control remoto, presiona el “on” y se abandona al mundanal ruido. Desde muy temprano, en las voces de los “anclas” van desfilando las más recientes andanzas del planeta y sus ocupantes, unos más atolondrados que otros, pero todos produciendo noticias con las cuales, afortunadamente, amasan los periodistas el pan suyo de cada día.
Sin levantarse, acurrucado en la penumbra, uno oye las voces de los presentadores cómo van alternando inundaciones y atentados terroristas, descubrimientos científicos y crueldades de asesinos en serie, elecciones y dimisiones y los malos presagios de la economía, entre otras menudencias. Todo eso en ayunas.
Dentro de esa rutina paradójicamente siempre novedosa, una noticia nos hace abrir repentinamente los párpados como Jake Sully dentro su cápsula en la primera escena de Avatar: “Lady Gaga quiere comprar el traje típico de Miss Venezuela”.
Allí comienza un forcejeo entre neuronas, un espelucamiento de las dendritas incapaces de desprenderse de sus mineralizados estereotipos. ¿Para qué quiere, dios mío, esa popstar portentosa, “el monstruo de la fama”, la defenestradora de Madona, ponerse un traje típico venezolano?
Qué lucha interna. Si trataba de embutirla en un liquiliqui con su respectivo pelo e guama, ella se me escurría, se evanescía entre las emanaciones de una máquina de humo y luego se asomaba furtiva forrada en cuero negro cantándome: “You know that I’ll be your, Papa-Paparazzi”.
Yo trataba de vestirla con una blusita y faldas llaneras de hermosos faralaos de las que usaba la Morillo en sus inicios, una cayena en la orejita, pero la superdiva me cantaba en ropa interior mientras maniataba varones semidesnudos, convertida en un torrente de sensualidad: “Ale-Ale-Alejandro…Ale-Ale-Alejandro..!”
(Aclaro, para los que saben menos de esto menos que un servidor, que no por repetir Papa-Paparazzi o Ale-Ale-Alejandro, Lady Gaga es tartamuda ni proviene de allí su nombre artístico).
Pensé incluso en el más típico de los trajes típicos de tiempos recientes: franela y cachucha rojas. Pero no, no podía creer que Lady Gaga estuviera interesada en los atuendos de Lady Lina ni de Lady Lila.
Esta incógnita me consumió hasta el mediodía cuando en el noticiero pude ver el traje típico que llevaría nuestra hermosísima Marelisa Gibson al concurso Miss Universo. Qué maravilla. No es un traje, es una joya inspirada en el Abra Solar de Alejandro Otero, pero en vez de aluminio está hecha con tres mil triangulitos de plata.
Su creador fue un fotógrafo venezolano, aunque no Paparazzi, Iván Dumont, y se inspiró en la imponente figura de metal ubicada en Plaza Venezuela. Por suerte esto no ocurrió tiempo atrás, cuando las piezas de metal habían sido robadas una a una, pues la Gibson hubiera salido a la tarima de Las Vegas en pelota. Venezuela es capaz de darnos los artistas cinéticos más grandes de la historia y también la gente que desaparezca sus obras vendiendo sus piezas como chatarra.
El traje fue bautizado Alma Solar, como evocando el Alma Llanera, o sea que algo del folklore sí tiene. Además de los triángulos de plata lleva retículas, inspiradas en la obra de la gran Gego y, a la espalda, anchas y filosas láminas de metal que parecen rayos de luz. (Recuerden: “¡Y del sol y del soool...!”). Dejo claro que rindo sincero tributo de admiración a sus creadores. Son geniales y nos sentimos orgullosos de ellos. Punto y aparte.
El problema es Lady Gaga, quien está frenética por adquirir el traje al precio que sea. Ella es un fenómeno que está haciendo historia y mucho dinero, a razón de 5 millones de dólares por show. Pero tiene la rara costumbre de lanzarse desde la tarima hacia sus fans y cantar retozando sobre ellos. Entonces, ¡ojo con esto ladys and gentlemans!, no es lo mismo lanzarse al público llevando una de esas mallas transparentes con las cuales a la Lady se le ve completica hasta la raya... (¿cómo que cuál raya?... la raya, pues, esa que tenemos todos), a hacerlo vestida con el Alma Solar. Horror de horrores. ¿Cuántos tuertos, cuántas orejas rebanadas, cuántos puntos de sutura a coser en una sola noche? No quiero ni imaginarlo. Decididamente, me opongo. Y ya que @LadyGaga es la reina del tweeter con casi 6 millones de seguidores, le escribí este tweet terminante: “¡No seas pendeja, Lady Gaga! ¡Deja el antojo y coge mínimo, chama, que con ese traje serías toda una amenaza...!
(Publicado en el diario Tal Cual el domingo 29 de agosto de 2010)
las fotos las pille de la red ;)
7 comentarios:
jajajaja ¡Podría ser una auténtica masacre!
pd. Un abrazo, Afrodita: ando de nuevo por aquí
ostras! dios mio! menudo peligro por dios!!!!!!!!!!!!!! aparte... pobre traje, con lo ridicula que es esta mujerrrrrrrrrrr!! que horrorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!!!!!! si es que no hay nada como tener dinero para poder comprar lo que a uno le venga en gana! ays ays ays
Saludos!
Tiene telita!
Besos.
Xibeliuss, que bueno que ya estes de nuevo por aqui, ya te digo, no es que me guste mucho el treje pero el Abra Solar es una obra de cinetismo majestuosa, me encanta ir alla a medio dia cuando el sol se refleja es simplemente hermosa, y Lady Gaga, que te puedo decir que alguien no haya dicho de ella...
un abrazo amigo.
Anna,ya quisieran algunos entre ellos yo, tener una minima parte de sus ingresos para poder ayudar a los demas, no se si ella lo hace, pero carajo...!!
Jauroles, que bueno verte... no digo tiene tela... ufffff vieras la que se armo aqui con esa exentricidad..
Desde luego hay que admitir que Lady Gaga sabe venderse bien
Besos
Yo no me lo creo. Con ese traje no se le va a ver nada de carne jajaja!!
Buen domingo guapa :)
Juanjo, Gata, ya saben, parece que a mas exentricidad mas fama y de eso mucha gente vive, que le vamos a hacer, gracias por comentar, besitos.
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