De entre las múltiples peculiaridades e incongruencias que pueden encontrarse en una disciplina tan vasta como la Historia del Arte, quizá uno de los fenómenos más curiosos lo constituyan aquéllos que pasaron a engrosar sus anales, casi sin quererlo, por el desarrollo de una habilidad que no escogieron dominar sino que los eligió a ellos. Maestros del pincel que, por un motivo u otro, acabaron aceptando la técnica pictórica, desfavorecida ante sus ojos frente a otras que consideraban bien más “elevadas”, bien más acordes a su naturaleza. Tres casos, famosos y muy distintos entre sí, ejemplifican este fenómeno y los principales motivos de un rechazo que puede sorprendernos hoy día:
Leonardo da Vinci, Miguel Ángel y Amedeo Modigliani.
El hombre de los múltiples dones. Imagina que naces siendo un pequeño genio visionario con una habilidad especial para la pintura pero con una curiosidad inmensa por el mundo. Tu pasión es la ingeniería. La cocina. O imaginar el mundo del mañana. La experimentación constante es la fuente que alimenta tu vida, y la pintura el pequeño medio que posibilita que los mecenas que te habrán de mantener consientan en la mayoría de tus peticiones. Eres Leonardo da Vinci. Un pintor por accidente: un pintor magnífico para el que pintar suponía, en la mayoría de las ocasiones, una molestia que le robaba tiempo de sus otros intereses, pero que le permitía vivir. Así, sus encargos se demoraban por meses y muchos de ellos eran abandonados al poco de ser iniciados porque el maestro había encontrado alguna otra cosa mucho más interesante que reclamaba su atención.

La indignidad de la pintura. Quizá el planteamiento correcto en este caso no sea tanto


2 comentarios:
Magistral la clase, muy interesante estas cosas que no sabiamos de estos grandes artistas, sabia lo de Leonardo y lo de Miguel Angel, no asi lo de Modigliani, hermosas imagenes tambien.
Muchas gracias Tiburón.
Un beso.
Muy interensante, niño, muchas gracias con explicar tan bien las cosas.
Un besote corazon
Rocosa
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