El agua compone dos tercios del peso total de nuestro cuerpo y es un elemento esencial para la vida del planeta. Se considera que el agua está contaminada, cuando ya no puede utilizarse para el uso que se le iba a dar en su estado natural o se ven alteradas sus propiedades químicas, físicas, biológicas y/o su composición. En líneas generales, sucede cuando pierde su potabilidad para consumo diario o para su utilización en actividades domésticas, industriales o agrícolas. Aproximadamente un 70% del agua utilizada tiene como finalidad su empleo para la agricultura, otro 20% se aplica al uso industrial y el 10% restante se destina al uso doméstico.
Desde el comienzo de la civilización, el mar ha trabajado efectivamente como vertedero natural asegurando la biodegradación y absorción en la depuración de las aguas servidas. A partir de los últimos 100 años, se hacen cada vez más frecuentes los desequilibrios del medio marino debido a la acumulación de factores contaminantes.
El agua cubre aproximadamente un 70% de la superficie de la Tierra lo que supone un volumen verdaderamente grande. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el agua del planeta es única y no puede reponerse. Si bien es cierto que el agua puede “fabricarse”, supone un proceso muy costoso para las cantidades que necesitará la humanidad y el planeta todo en su desarrollo futuro.
Entre las muchas propiedades del agua, una de las más importantes es su capacidad de disolución. Los contaminantes como los residuos químicos, gasolina o petróleo pueden contaminar el agua de la superficie y el suelo cuando se mezclan en alguna de las etapas del ciclo del agua. Por encontrarse sus moléculas en continuo movimiento en sus estados líquido y gaseoso, el agua transporta elementos de una parte a la otra del planeta, ya sea que se encuentren en ella contaminantes disueltos o suspendidos. Dicho de otro modo, el contaminante que arrojamos al agua, puede dar varias veces la vuelta al mundo quizás en las vísceras de un pez o simplemente arrastrado por las corrientes.
Las principales fuentes de contaminación del agua son los deshechos industriales, el empleo de plaguicidas y fertilizantes agrícolas y el uso doméstico.
La contaminación química nos afecta con productos orgánicos como detergentes aniónicos y ácidos grasos e inorgánicos en forma de iones de sulfatos, fosfatos, nitratos, cloruros y bicarbonatos entre otros muchos. Entre los agentes contaminantes que tienen efectos tóxicos sobre el organismo podemos nombrar: plaguicidas, hidrocarburos, arsénico, mercurio, plomo, selenio y cadmio, entre otros muchos.
El Oxígeno y la Vida
En todos los ecosistemas acuáticos el oxígeno es un componente primordial. En algunos lugares la cantidad de oxígeno disuelta en el agua ha sido alterada por la acción del hombre, particularmente debido a las aguas residuales no depuradas y residuos industriales desechados en los mares y ríos. La acción de los deshechos de origen humano ha reducido la biodiversidad en la mayoría de los ecosistemas produciendo la extinción de muchas especies. El grado de contaminación puede calcularse a través de la demanda bioquímica de oxigeno, para ello se determina el peso del oxigeno disuelto por unidad de volumen de agua.
Los jabones, fosfatos, amoníaco y residuos orgánicos de las aguas de deshecho alimentan bacterias y microorganismos que crecen con mayor rapidez en aguas contaminadas. Su número creciente provoca el consumo de la mayor parte o de la totalidad del oxígeno disuelto lo que destruye a otras formas de vida. Si la acumulación de sustancias contaminantes aumenta, la degradación del agua agota el oxígeno disuelto en el agua pudiendo asfixiar una extensa cantidad de animales acuáticos. Los más afectados por este tipo de contaminación son los peces, las algas y las aves costeras.
Agentes Contaminantes
Petróleo
La contaminación del agua puede ser accidental como en el caso de algunos derrames de petróleo, sin embargo, muchas veces son vertidas sustancias tóxicas por ignorancia o desinterés. Los hidrocarburos esparcidos por el mar provienen no sólo de los derrames accidentales con sus tristemente bautizadas “mareas negras”, sino de los petroleros que limpian sus depósitos arrojando al agua más del 1% de su carga. Con el paso del tiempo la cantidad de productos derivados del petróleo vertidos al mar es de varios millones de toneladas. Las embarcaciones a motor también colaboran con derrames de varias especies de hidrocarburos. Los derrames de petróleo son responsables de la muerte de millones y millones de seres vivientes. Algas, plancton, especies variadas de moluscos, peces, aves costeras y mamíferos marinos.
Polución Térmica
Determinados procesos industriales utilizan grandes cantidades de agua en calderas o como refrigerante lo que apareja como resultado una notable alteración en su temperatura natural. Modificar la temperatura del agua es también otra forma de alterar el ecosistema y se denomina polución térmica. El aumento de temperatura de las aguas, trae aparejado mayor demanda bioquímica de oxígeno.
Lluvia Ácida
Normalmente se puede considerar que el agua de lluvia es neutra, sin embargo, la utilización de combustibles fósiles, libera en la atmósfera terrestre dióxido de carbono y dióxido de azufre. Al llegar a ciertos niveles de concentración, estos gases mezclados con la lluvia la acidifican acarreando consecuencias negativas para los organismos que dependen de ella. La lluvia ácida destruye la vida de los lagos cerca de las áreas industriales y produce enormes daños en algunas especies de árboles.
Radioactividad en el Agua
La existencia de radioactividad natural en el agua no tiene incidencia o efectos perniciosos sobre la salud por tratarse de niveles muy bajos, en cambio la contaminación que procede de residuos radiactivos arrojados al mar, hundimiento de arsenales nucleares, explosiones atómicas submarinas o fugas radioactivas en general puede tener gravísimas consecuencias. La radioactividad es altamente cancerígena y no tiene sabor, olor ni color.
Mercurio en el Agua
Las baterías hogareñas contienen mercurio, una de las más peligrosas fuentes de polución ambiental. La batería descargada que hoy arrojamos a la basura, tarda unos setenta años en descomponerse. El mercurio y sus derivados son altamente tóxicos y absorbidos en dosis importantes producen una intoxicación que afecta el aparato digestivo y el sistema nervioso. En los últimos años los fabricantes de baterías intentaron reducir el porcentaje de mercurio de sus productos. En la actualidad la proporción de mercurio que lleva cada unidad es ínfima, pero si consideramos las cantidades de baterías que se consumen cotidianamente veremos que las cifras a escala mundial son verdaderamente preocupantes. Sólo en los Estados Unidos se recambian un promedio de 2300 millones de baterías por año. En 1991 se lanzó a la venta la primera batería libre de mercurio pero en la mayoría de los países no hay campañas de información que permitan al público consumidor realizar su elección y exigirlas.
Biodegradabilidad
El mar tiene una enorme capacidad autodepuradora y es un medio desfavorable para el desarrollo de microorganismos patógenos, sin embargo el vertido de aguas residuales urbanas y detritus industriales al llegar a cierto grado de concentración deterioran esa capacidad. La naturaleza por sí misma realiza un proceso de biodegradación a través de bacterias, pero si la concentración de sustancias supera ciertos límites la biodegradabilidad del agua ya no es posible y las aguas no pueden regenerarse, haciéndose necesario su tratamiento en plantas depuradoras.
El Lirio de la Esperanza
Se ha comprobado la eficacia del cultivo de lirios acuáticos para la limpieza del agua. Con un costo menor al de la purificación con sustancias químicas, estos lirios de agua (Eichornia crassipes) logran filtrar aguas contaminadas mediante su asombrosa capacidad de absorción de los contaminantes que le permite purificar el agua tomando de ella el plomo, mercurio, detergentes y otras sustancias, inclusive hidrocarburos.
Aunque su principal ventaja como instrumento de descontaminación consiste en que se reproducen rápidamente, tienen poca tolerancia al clima frío por lo que este tratamiento de las aguas tendría mayor eficacia en lugares cálidos o templados. La utilización de este sistema no está suficientemente extendido.
Gracias al incremento de los estudios sobre ecosistemas, hoy se tiene una mejor idea de cuales son los fenómenos perjudiciales para los ríos y mares. Lograr reducir al mínimo la contaminación del agua, supone trabajar eficazmente contra la destrucción de los procesos ecológicos que en ella se manifiestan.
Volver a vivir en un planeta donde el agua sea pura y se pueda beber de ella sin temor a enfermarse, es posible, a través de campañas masivas de educación ecológica.Mientras buscamos una solución, los casquetes polares y algunos glaciares son las últimas reservas de agua sin vestigios de contaminación en el planeta Tierra.
Desde el comienzo de la civilización, el mar ha trabajado efectivamente como vertedero natural asegurando la biodegradación y absorción en la depuración de las aguas servidas. A partir de los últimos 100 años, se hacen cada vez más frecuentes los desequilibrios del medio marino debido a la acumulación de factores contaminantes.
El agua cubre aproximadamente un 70% de la superficie de la Tierra lo que supone un volumen verdaderamente grande. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el agua del planeta es única y no puede reponerse. Si bien es cierto que el agua puede “fabricarse”, supone un proceso muy costoso para las cantidades que necesitará la humanidad y el planeta todo en su desarrollo futuro.
Entre las muchas propiedades del agua, una de las más importantes es su capacidad de disolución. Los contaminantes como los residuos químicos, gasolina o petróleo pueden contaminar el agua de la superficie y el suelo cuando se mezclan en alguna de las etapas del ciclo del agua. Por encontrarse sus moléculas en continuo movimiento en sus estados líquido y gaseoso, el agua transporta elementos de una parte a la otra del planeta, ya sea que se encuentren en ella contaminantes disueltos o suspendidos. Dicho de otro modo, el contaminante que arrojamos al agua, puede dar varias veces la vuelta al mundo quizás en las vísceras de un pez o simplemente arrastrado por las corrientes.
Las principales fuentes de contaminación del agua son los deshechos industriales, el empleo de plaguicidas y fertilizantes agrícolas y el uso doméstico.
La contaminación química nos afecta con productos orgánicos como detergentes aniónicos y ácidos grasos e inorgánicos en forma de iones de sulfatos, fosfatos, nitratos, cloruros y bicarbonatos entre otros muchos. Entre los agentes contaminantes que tienen efectos tóxicos sobre el organismo podemos nombrar: plaguicidas, hidrocarburos, arsénico, mercurio, plomo, selenio y cadmio, entre otros muchos.
El Oxígeno y la Vida
En todos los ecosistemas acuáticos el oxígeno es un componente primordial. En algunos lugares la cantidad de oxígeno disuelta en el agua ha sido alterada por la acción del hombre, particularmente debido a las aguas residuales no depuradas y residuos industriales desechados en los mares y ríos. La acción de los deshechos de origen humano ha reducido la biodiversidad en la mayoría de los ecosistemas produciendo la extinción de muchas especies. El grado de contaminación puede calcularse a través de la demanda bioquímica de oxigeno, para ello se determina el peso del oxigeno disuelto por unidad de volumen de agua.
Los jabones, fosfatos, amoníaco y residuos orgánicos de las aguas de deshecho alimentan bacterias y microorganismos que crecen con mayor rapidez en aguas contaminadas. Su número creciente provoca el consumo de la mayor parte o de la totalidad del oxígeno disuelto lo que destruye a otras formas de vida. Si la acumulación de sustancias contaminantes aumenta, la degradación del agua agota el oxígeno disuelto en el agua pudiendo asfixiar una extensa cantidad de animales acuáticos. Los más afectados por este tipo de contaminación son los peces, las algas y las aves costeras.
Agentes Contaminantes
Petróleo
La contaminación del agua puede ser accidental como en el caso de algunos derrames de petróleo, sin embargo, muchas veces son vertidas sustancias tóxicas por ignorancia o desinterés. Los hidrocarburos esparcidos por el mar provienen no sólo de los derrames accidentales con sus tristemente bautizadas “mareas negras”, sino de los petroleros que limpian sus depósitos arrojando al agua más del 1% de su carga. Con el paso del tiempo la cantidad de productos derivados del petróleo vertidos al mar es de varios millones de toneladas. Las embarcaciones a motor también colaboran con derrames de varias especies de hidrocarburos. Los derrames de petróleo son responsables de la muerte de millones y millones de seres vivientes. Algas, plancton, especies variadas de moluscos, peces, aves costeras y mamíferos marinos.
Polución Térmica
Determinados procesos industriales utilizan grandes cantidades de agua en calderas o como refrigerante lo que apareja como resultado una notable alteración en su temperatura natural. Modificar la temperatura del agua es también otra forma de alterar el ecosistema y se denomina polución térmica. El aumento de temperatura de las aguas, trae aparejado mayor demanda bioquímica de oxígeno.
Lluvia Ácida
Normalmente se puede considerar que el agua de lluvia es neutra, sin embargo, la utilización de combustibles fósiles, libera en la atmósfera terrestre dióxido de carbono y dióxido de azufre. Al llegar a ciertos niveles de concentración, estos gases mezclados con la lluvia la acidifican acarreando consecuencias negativas para los organismos que dependen de ella. La lluvia ácida destruye la vida de los lagos cerca de las áreas industriales y produce enormes daños en algunas especies de árboles.
Radioactividad en el Agua
La existencia de radioactividad natural en el agua no tiene incidencia o efectos perniciosos sobre la salud por tratarse de niveles muy bajos, en cambio la contaminación que procede de residuos radiactivos arrojados al mar, hundimiento de arsenales nucleares, explosiones atómicas submarinas o fugas radioactivas en general puede tener gravísimas consecuencias. La radioactividad es altamente cancerígena y no tiene sabor, olor ni color.
Mercurio en el Agua
Las baterías hogareñas contienen mercurio, una de las más peligrosas fuentes de polución ambiental. La batería descargada que hoy arrojamos a la basura, tarda unos setenta años en descomponerse. El mercurio y sus derivados son altamente tóxicos y absorbidos en dosis importantes producen una intoxicación que afecta el aparato digestivo y el sistema nervioso. En los últimos años los fabricantes de baterías intentaron reducir el porcentaje de mercurio de sus productos. En la actualidad la proporción de mercurio que lleva cada unidad es ínfima, pero si consideramos las cantidades de baterías que se consumen cotidianamente veremos que las cifras a escala mundial son verdaderamente preocupantes. Sólo en los Estados Unidos se recambian un promedio de 2300 millones de baterías por año. En 1991 se lanzó a la venta la primera batería libre de mercurio pero en la mayoría de los países no hay campañas de información que permitan al público consumidor realizar su elección y exigirlas.
Biodegradabilidad
El mar tiene una enorme capacidad autodepuradora y es un medio desfavorable para el desarrollo de microorganismos patógenos, sin embargo el vertido de aguas residuales urbanas y detritus industriales al llegar a cierto grado de concentración deterioran esa capacidad. La naturaleza por sí misma realiza un proceso de biodegradación a través de bacterias, pero si la concentración de sustancias supera ciertos límites la biodegradabilidad del agua ya no es posible y las aguas no pueden regenerarse, haciéndose necesario su tratamiento en plantas depuradoras.
El Lirio de la Esperanza
Se ha comprobado la eficacia del cultivo de lirios acuáticos para la limpieza del agua. Con un costo menor al de la purificación con sustancias químicas, estos lirios de agua (Eichornia crassipes) logran filtrar aguas contaminadas mediante su asombrosa capacidad de absorción de los contaminantes que le permite purificar el agua tomando de ella el plomo, mercurio, detergentes y otras sustancias, inclusive hidrocarburos.
Aunque su principal ventaja como instrumento de descontaminación consiste en que se reproducen rápidamente, tienen poca tolerancia al clima frío por lo que este tratamiento de las aguas tendría mayor eficacia en lugares cálidos o templados. La utilización de este sistema no está suficientemente extendido.
Gracias al incremento de los estudios sobre ecosistemas, hoy se tiene una mejor idea de cuales son los fenómenos perjudiciales para los ríos y mares. Lograr reducir al mínimo la contaminación del agua, supone trabajar eficazmente contra la destrucción de los procesos ecológicos que en ella se manifiestan.
Volver a vivir en un planeta donde el agua sea pura y se pueda beber de ella sin temor a enfermarse, es posible, a través de campañas masivas de educación ecológica.Mientras buscamos una solución, los casquetes polares y algunos glaciares son las últimas reservas de agua sin vestigios de contaminación en el planeta Tierra.
Tomado de Discovery:
Fotos tampoco son mias, son pilladas de la red...;)
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