"...el suelo estaba limpio ya no quedaban cristales rotos en el suelo y las figuras ya estaban en su lugar de nuevo. Ahora en su habitación y con la puerta cerrada, con la casa en silencio, sus lágrimas por fin brotaban de su cara en silencio, como dos fuentes continuas. Se tumbaba sobre la cama mientras pensaba que a pesar de todo él la quería, que de nuevo ella había vuelto a hacer las cosas mal. Que tonta era, no podía aprender a hacer algo tan simple como una comida... Estaba sin sal y a su marido le gustaba con mas sal. Ella lo sabia y se había vuelto a equivocar. Él se había enfadado por ese motivo. Estaba cansado de trabajar y encima ella se había olvidado de la sal. Era normal que le pegase, su padre también lo hacia, cuando ella era pequeña y hacia algo mal. Pero nunca aprendía, creyó que con su marido seria diferente pero era una inútil, su marido también la pegaba porque ella como con su padre jamas hacia nada bien.
En sus sueños, ella era libre...
Cuando veía los programas de la tele con esas señoras denunciando malos tratos, lloraba.... pobrecitas, sus maridos no las querían. Pero el suyo era diferente, su marido volvería y le daría un beso. Las bofetadas se las buscaba ella.
A veces también soñaba con irse, con desaparecer, pero si lo hacia su marido la buscaría pero no para pegarla, no. Se enfadaría tanto que la mataría, porque como el la decía, ella no servía para nada sino estaba con el.
La puerta de la habitación se abría y aparecía un pequeño hombrecito de poco mas de un metro:
_ Mamy ¿Estas llorando?
_No cariño, ya no...
_Mamy, ¿que te ha pasado en ese ojo que tiene una pupa?
_Nada hijo, me di con la puerta de la lacena de la cocina. No te preocupes se me pasara.
_Mamy ¿Duele?
_No cariño, no. HA SIDO CULPA MÍA
En sus sueños, ella era libre...
Cuando veía los programas de la tele con esas señoras denunciando malos tratos, lloraba.... pobrecitas, sus maridos no las querían. Pero el suyo era diferente, su marido volvería y le daría un beso. Las bofetadas se las buscaba ella.
A veces también soñaba con irse, con desaparecer, pero si lo hacia su marido la buscaría pero no para pegarla, no. Se enfadaría tanto que la mataría, porque como el la decía, ella no servía para nada sino estaba con el.
La puerta de la habitación se abría y aparecía un pequeño hombrecito de poco mas de un metro:
_ Mamy ¿Estas llorando?
_No cariño, ya no...
_Mamy, ¿que te ha pasado en ese ojo que tiene una pupa?
_Nada hijo, me di con la puerta de la lacena de la cocina. No te preocupes se me pasara.
_Mamy ¿Duele?
_No cariño, no. HA SIDO CULPA MÍA
6 comentarios:
Triste, pero cierto...los maltratos ademas de físicos,tb viene psicológicos, haciendo creer k somos unas inútiles, y k no valemos para nada, o peor aún, k merecermos el golpe...Yonaja
Y si, es lo peor casi, el daño que se queda sobre la personalidad de la persona maltratada.... si es que le queda personalidad.
Es duro, real y se mete en vena el relato.
Gracias Lua por tocar un tema tan candente.
Basta ya de putos maltratos cohones. (debera convertirse en un autentico grito colectivo).
solo maltratan los hombres o es que los maltratos de las mujeres no esta de moda citarlos ?
Los maltratos de mujeres hacia hombres son tan importantes como los de hombres hacia mujeres, pero las estadisticas dicen que mueren las mujeres, he visto pocos hombres por no decir ninguno asesinado a manos de mujeres... Y siento decirle pero en cuanto a fuerza fisica hay una gran diferencia, estaras de acuerdo conmigo al menos en eso? y ojo, los maltratos de ellas hacia ellos existen repito, pero son diferentes, ellos siguen con vida aun, algunas estan dando malvas y sin ver a sus hijos crecer....
Es duro,pero como dice Lua,quienes mueren son las mujeres.Cuando el número de mujeres que mueren a manos de los hombres descienda al de hombres maltratados,entonces pensaré en personas maltratadas,mientras mi pensamiento está con las mujeres.
Durante años y aún hoy, en algunos lugares se acostumbra a que el hombre sea quién decide sobre toda la suerte de su familia, donde la mujer tiene un papel (según la óptica de ese tipo de orates), poco mas importante que la función "vital" del lavarropas. Es casi una cultura ancentral esa mecánica. Por ejemplo "...ahora vas a ver cuando venga tu papá..." o "...no tu papá no quiere..." y cientos de otros ejemplos. Lo más triste es que esa ficticia autoridad "paterna" se basa en la "disciplina" del miedo, de los correctivos excesivos, de los maltratos, de la minimización de todas las tareas.
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