En el año 1997, Hallstatt, como parte del paisaje cultural histórico “Hallstatt – Dachstein/Salzkammergut“ fue incluido por la UNESCO dentro de la Lista del Patrimonio de la Humanidad.
Además de sus impresionantes montañas con sus cuevas (Cueva de Hielo, Cueva Mammuthöhle, Cueva Koppenbrüller) y lagos, su fauna y flora extraordinarias y sus importantes hallazgos arqueológicos, este paisaje se caracteriza por una continuidad cultural de más de dos milenios y medio.
La Sal es “el oro blanco” de Hallstatt. Su explotación se remonta hasta mediados de la Edad del Bronce y fundamentó la antigua riqueza de la población. Los objetos hallados en las tumbas de aquella época, que en su totalidad fue llamada la “Época de Hallstatt” (1300-400 a.C.), aún hoy nos hablan de esta prosperidad.
Estos valiosos objetos se pueden apreciar durante todo el año en el Museo “Kulturerbe Hallstatt”, donde puede hacerse un viaje en el tiempo por 7.000 años de la historia de Hallstatt.
La mina de sal más antigua del mundo (Salzwelten Hallstatt), en la que se realiza activamente la explotación de sal hasta hoy día, así como el famoso campo de tumbas de Hallstatt de la edad del hierro tardía, podrá vivir todo esto en la meseta de la mina de sal, a donde puede llegar a pie o con un moderno funicular (abierto desde finales de abril hasta el 26 de octubre). Podrá seguir “la conducción de agua más antigua del mundo” durante una excursión a lo largo del camino del conducto de agua salina.
De sus encantos, el viejo pueblo de sal no ha perdido nada hasta la fecha, y a sus demás numerosos tesoros culturales se añaden el Museo Hallstatt, la Iglesia Parroquial Católica con el cementerio montañés, el osario “Hallstätter Beinhaus” y las excavaciones arqueológicas.
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