Lokos y Xifladas

Lokos y Xifladas

miércoles, 24 de octubre de 2007

Albert Einstein.



Nacido en Alemania el seno de una familia judía, a los pocos años todos hubieron de trasladarse a Munich, ciudad en la que Hermann, su padre, dirigía un modesta empresa de publicidad. Su madre, Pauline Koch, era una mujer de cuidada educación, además de gran pianista. De su infancia sabemos que le costaba realizar amistades, debido a su carácter retraído y tímido, por lo que era visto por sus profesores como un alumno difícil y poco dado a integrarse. Sus malas calificaciones abundaban en este punto de vista, suspendiendo los exámenes de ingreso al Politécnico de Munich. Gustaba de componer melodías en el piano de su madre, que luego tarareaba mientras caminaba por la calle. En un segundo intento, logró aprobar el examen de ingreso al Politécnico, mejorando algo su expediente universitario al lograr una media de 4,91 puntos sobre 6 posibles. Sin embargo, su tesis doctoral, titulada "Una nueva determinación de las dimensiones moleculares", no causó la más mínima impresión al tribunal que la juzgó.
Siempre solitario, solía pasearse interpretando piezas de Mozart en un viejo violín. También podía ser visto a menudo en un café, abstraído y fumando en pipa. Su licenciatura en Física la obtuvo a los 21 años, tras lo que intentó desempeñar la enseñanza. Sin embargo, el camino no le resultó fácil, pues sus métodos didácticos eran tenidos por heterodoxos, lo que le hizo perder tres empleos. A los veintitrés años nada hacía presagiar una carrera brillante por parte de Einstein, pues sólo había conseguido emplearse como examinador en una oficina de patentes de Berna. Nacionalizado suizo, casó pronto con Milena Maríc, una joven serbia, coja a causa de una tuberculosis padecida anteriormente, con quien tendrá dos hijos: Hans y Eduard. El matrimonio no tardó en separarse. Sin embargo, en apenas dos años la vida de Einstein daría un giro radical. En 1905, la publicación de su artículo "Sobre la electrodinámica de los cuerpos en movimiento" sentó las bases de una teoría que revolucionará la ciencia contemporánea y aun la realidad del mundo actual. En este artículo, explicaba que la velocidad de la luz es permanente e inalterable en cualquier sistema de referencia y que, en consecuencia, el tiempo depende del movimiento del observador y, por tanto, es relativo.
Posteriormente formulará en términos matemáticos su teoría, dando a conocer su célebre fórmula E = m c2, según la cual la energía es igual a la masa multiplicada por el cuadrado de la velocidad de la luz en vacío. Pronto se vio que su teoría podría tener consecuencias impactantes, pues en la práctica la fórmula descrita quería decir que, liberando la energía concentrada en una pequeña masa se podría lograr una potencia resultante muchas veces superior. El único problema, por el momento, era solucionar los problemas técnicos que impedían poner en práctica el descubrimiento. Pero esto no tardó en llegar. En 1939, Einstein escribió a Roosevelt explicándole las posibles aplicaciones militares de su teoría. Aunque pacifista a ultranza, el propio Einstein había sufrido la persecución del nazismo, debiendo salir de Berlín al comenzar la persecución contra los judíos, y veía con temor el tremendo potencial militar que acumulaba Alemania en los años previos a la II Guerra Mundial y la política agresiva que Hitler propugnaba. En dicha carta, explicaba el científico que estaba realizando investigaciones con uranio y que, de acuerdo con sus teorías, sería posible fabricar bombas con un poder destructivo nunca antes visto.
A pesar de ser el padre teórico de la bomba atómica, no participó directamente en su fabricación y experimentación, que se llevará a cabo en Los Álamos, en Nuevo México. Incluso, el revuelo que causó en el mundo científico la publicación de sus teorías no conllevó beneficios inmediatos para Einstein, quien siguió malviviendo a partir de 1905, como vimos año de publicación de su primer artículo de impacto. Tres años más tarde dictó un curso en la Universidad de Berna con el título de "Teoría de la radiación", al que sólo asistieron cuatro alumnos, el primer año, y uno, el segundo. Lógicamente, hubo de abandonarlo. Un año más tarde logró un puesto como profesor ayudante en la Universidad de Zurich, con la obligación de enseñar asignaturas básicas en el conjunto de la carrera de Física.
Por fin en 1911 pudo dictar su primera conferencia sobre la teoría de la relatividad, lo que demuestra que la aceptación y el interés por su obra comenzaba a producirse en el mundo académico. En 1916 redactó un nuevo artículo, esta vez exponiendo una nueva teoría sobre la gravitación, que llamó "Fundamentos de la teoría de la relatividad generalizada". En 1919, el 2 de junio, casó con su prima Elsa, quien ya tenía dos hijos de un matrimonio anterior. También ese año se demuestra por primera vez la validez científica de sus teorías, pues una expedición logró el 29 de marzo determinar, mediante la observación de un eclipse de Sol, la influencia del campo gravitatorio sobre la propagación de la luz. En consecuencia, Einstein obtuvo el reconocimiento general que tanto se le había negado al concedérsele el Premio Nobel en 1921. Desde entonces se convierte en un personaje famoso: es portada de periódicos, objeto de entrevistas, su imagen se difunde por todos los rincones del planeta. En 1933 es contratado por el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, logrando en 1940 la ciudadanía estadounidense.
Su fama de hombre sabio, pacífico y tolerante, además de su condición de judío perseguido pro el nazismo, lleva a que le sea ofrecida la presidencia de Israel a la muerte del presidente Weizmann, ofrecimiento que fue gentilmente rechazado por Einstein. Falleció el 18 de abril de 1955, cuando contaba 76 años de edad. Su muerte fue llorada por millones de personas y, sobre una vida plena -entre los personajes que conoció se contaban Kafka, madame Curie, Tagore, Alfonso XIII, Chaplin...- se comenzaron a escribir multitud de libros y ensayos.

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